jueves, 24 de mayo de 2012

LA MIRADA DE CELIA


Hoy tengo el placer de compartir con todos vosotros una mirada muy especial, es una mirada de alguien con quien he compartido grandes momentos, alguien que entró en mi vida lentamente sin hacer ruido, por casualidad o no?, una persona que va a seguir estando pase lo que pase y le pese a quien le pese.

La podría presentar de muchas maneras pero me apetecía escribirle un cuento. A mi me encantan los cuentos porque son historias entretenidas que transmiten valores, los cuentos permanecen a pesar del paso de los años, habitualmente terminan con los protagonistas felices comiendo perdices y porque realmente la nuestra es una historia tan bonita que parece sacada de un cuento.

Espero que os guste a todos en general y a la “Sesi” en particular, vamos allá:

“Hace muchos muchos años en un reino junto al mar coincidieron dos bellas doncellas, aparentemente muy distintas la una de la otra. Mientras la primera lucía una larga y lisa melena del color de los rayos del sol (ayy! pinchazo en el corazón) la otra se distinguía por sus rizos color púrpura, la primera no alcanzaba el metro sesenta de estatura mientras que la segunda tenía una medida considerable, la primera se enfrentaba a la vida con la escopeta siempre cargada por si necesitaba hacer uso de su lengua viperina, la segunda no concebía la posibilidad que algunas personas carecieran de bondad.

Un día el jefe de la corte las hizo llamar y les encomendó una entrañable misión, debían proporcionar el máximo bienestar a los viejecillos y viejecillas del lugar para que pudieran permanecer en sus domicilios junto a sus familias el máximo tiempo posible. Para cumplir dicha función se ayudaron de un batallón de eficaces trabajadoras y llamaron a otras damas del reino para compartir esta emocionante misión. Damas que hasta la fecha siempre se habían mostrado agradables y gentiles ante las bellas doncellas.

Las semanas fueron pasando y las doncellas fueron descubriendo que no sólo coincidían en su extremada belleza sino también en su manera de entender la vida, por ese motivo cada vez pasaban más tiempo juntas, reían, hablaban, compartían secretos y así poco a poco entre ellas fue brotando una bonita y sincera amistad.

A medida que su amistad se consolidaba fueron observando con curiosidad un extraño fenómeno que se propagó por el reino, algunas de las gentiles y agradables damas con las que compartían tareas fueron mutando hasta convertirse en seres abominables y monstruosos.

Cada una de ellas mutó de un modo distinto, a una de ellas le salió una espesa y oscura barba que intentaba afeitar al llegar a su morada para ocultarla ante los demás pero era ver a las dos doncellas reír y disfrutar de su amistad y la barba empezaba a crecer y crecer, a otra una noche por arte de magia le crecieron los pechos de una forma tan desmesurada que acabó saliéndole una prominente joroba y necesitó hacer uso de un bastón para poder desplazarse y una tercera empezó a sacar un humo fétido cada vez que abría la boca y pronunciaba una palabra.

El virus se manifestaba de diferente modo en función de la persona afectada pero había un rasgo común en todas ellas. Todas ellas cambiaban el color de su epidermis. Sus pieles se fueron tornando de un tono verdoso pero no un verde esmeralda o un verde aceituna, sino más bien un  verde envidia, pero envidia en letras mayúsculas, para que me entendáis.

Las dos doncellas ante tal fenómeno intentaron socorrer a las damas y corrieron a buscar ayuda. Visitaron al jefe de la corte, a la hechicera del bosque y al presunto sabio que vivía en palacio pero no hubo manera no encontraron solución posible ante tal fenómeno, las glándulas biliares habían segregado tanto líquido verdoso en sus hígados que ya nada se pudo hacer por aquellas damas.

Ante la incompetencia del jefe de la corte y la pasividad de los demás habitantes del reino las bellas doncellas decidieron que la vida era demasiado corta como para malgastarla junto a seres abominables y líderes incompetentes y decidieron empezar una nueva etapa lejos de aquel reino. 

Una mañana de invierno se levantaron al alba se prepararon unos bocatas para el camino, recogieron sus pertenencias y se mudaron de reino y recordaron que la libertad era otro de los valores que compartían”

Y ahora sin más dilación tengo el enorme placer de presentaros la mirada de Celia, realmente os daréis cuenta que valió la pena…

“En mi vida hay personas que han marcado un antes y un después. Yolanda es una de ellas. Llegó para abrir una brecha en un discurso que yo tenía demasiado bien aprendido.Es mi amiga malcriada (porque la malcrío yo). Muchos no lo entendieron, ni lo entienden hoy. No importa, nosotras sí.

Navidades. Entré un su casa. Hola, hola, frio, calor….”tinc un tumor…..al pit….. dolent…."(tengo un tumor…..en el pecho…malo) imagino que mi cara quedó entre el asombro y el dolor, me miró airada, como hace siempre que va a resoplar y me dijo: “Que? Jo que sé…Com es diuen aquestes coses?" (Qué? Yo que sé…Como se dicen estas cosas?) Reímos. Soltamos tensión. La ironía nos ha ayudado mucho en los malos momentos. Ese es uno de nuestros puntos de encuentro. Muchos tampoco lo entienden. No importa, nosotras sí.

A los dos días ya fue oficial el cáncer, la operación, la quimio….”No ploris, eh?" (No llores, eh?Colgué el teléfono, y lloré . Lo siento Yoli, si no lloro me ahogo, ya lo sabes. No lloré de pena, lloré de impotencia. Pasé esos días desesperada pensando en lo que podía hacer. Hacer, para ayudar, para controlar, para luchar….Y de repente un día, cuando dejé de mirarme a mi ombligo y la miré a ella, me di cuenta de que fluía, de que no necesitaba que yo hiciera nada. Porque yo, aunque me pese, no podía hacer nada. Era un tema de ser y estar, no de hacer. Qué gran lección del 2012, de la vida y de Yolanda.

Y así fue como dejé de pensar en el 2012 como el año en que mi mejor amiga iba a tener un cáncer.

A pesar de todo, como ella me conoce, mucho, y cuando digo mucho quiero decir mucho, de vez en cuando me envía a por globos, o me pide que la acompañe al médico….para que yo haga algo, porque sabe que haciendo me siento bien. Muchos tampoco lo entienden. No importa, nosotras sí.

Y cuando me preguntan por ella siempre contesto, “muy bien”, y algunos me miran raro, “pero como  va estar bien si tiene cáncer?”,  y en ese instante me siento afortunada de estar viviendo la enfermedad a través de los ojos de Yolanda y no de los de esas personas, y después concluyo en mis adentros…. es que tú no conoces a los Díaz-Ferrer.

Y así está siendo mi 2012, el año en que mi mejor amiga se inventó todo este festival para conseguir un regalo que hace tiempo que le rondaba por la cabeza……... Muchos tampoco lo entienden. No importa, nosotras sí.”

No sé a vosotros pero a mi me ha encantado, para esta entrada he escogido una canción que bailamos juntas una noche en el Guirigall en uno de nuestros fines de semana en Lles de Cerdanya, a mi no me gusta mucho, pero no importa a ella sí.





viernes, 18 de mayo de 2012

¡¡UNA ENTRADA MUY WONDERFUL!!


El otro día en una de esas eternas sobremesas que acostumbramos a compartir mi chico y yo estuvimos repasando como estamos afrontando este año 2012, y hablando sobre el tema yo solté una frase que me sorprendió a mi misma  (como veréis cojeo en el tema de la autoestima estoy trabajando en ello) “si sabes escuchar a tu cáncer te puede aportar muchas cosas positivas” realmente en mi caso está siendo así.

Cuando me enteré que tenía cáncer y tras superar los primeros días de estado de shock, totalmente necesarios por otra parte, decidí no mirar a mi cáncer como a mi enemigo sino como un visitante incómodo del que nos teníamos que librar lo antes posible y del que podía aprender muchas cosas, preferí ser yo la que cogiera el toro por los cuernos y decidir sobre como quería vivir esta experiencia y no dejar en manos de mi bicho cabroncete esa tarea.

El estar atenta a lo que mi cáncer me quiere decir me está dando un montón de lecciones  que espero y deseo mantenerlas cuando todo esto pase (porque estoy convencida que pasará) y mi vida vuelva a estar en su sitio.

A mi cáncer lo estoy exprimiendo al máximo, me está mostrando un montón de cosas, me está ayudando a escucharme como no lo había hecho antes, me está aportando que disfrute de mis momentos de soledad, de mis rutinas matinales, me ha mostrando como perder el miedo a tirarme a la piscina a la hora de iniciar nuevos proyectos, está incorporando nuevas maneras de disfrutar de la vida, ha contribuido a que me quiera mejor a mi misma y también a los demás, me ha impulsado a darme cuenta de lo simple que puede ser la vida si nos lo proponemos, me ha aportado grandes descubrimientos, gratas sorpresas y algún que otro desengaño, me ha mostrado a estar más atenta a mis emociones, gracias a él estoy conociendo una parte de mi que imagino que siempre ha estado acompañándome pero a la que no había puesto voz, me ha descubierto que puedo aprender a convertir mis debilidades en fortalezas y el primer paso para ello es identificar mis puntos débiles y sentarme a hablar con ellos para llegar a un acuerdo de convivencia…en fin un año del que quiero dejar constancia y del que quiero tener un grato recuerdo el día de mañana.

Pues aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que mi chico y yo celebramos nuestros primeros diez años juntos y felices me puse a buscar un regalo especial, quería algo que nos identificara como pareja, que resumiera estos diez años juntos, algo que colgar en el comedor de mi casa y poder contemplar cuando en un futuro próximo el día a día me pueda hacer olvidar todo lo que estoy aprendiendo este año, algo hecho para nosotros, algo que me aportada buen rollo, algo wonderful…

Pues con estas características era fácil acabar llegando a mr wonferful diseño gráfico para eventos no aburridos http://cargocollective.com/mrwonderful  cuando me topé con ellos (Javi i Angie) me di cuenta que ya había encontrado lo que estaba buscando y me enamoré perdidamente de sus láminas personalizadas.

Me puse en contacto con ellos y les encargué nuestra lámina, tras rellenar un amplio cuestionario sobre nosotros y nuestra vida en común, Javi y Angie se pusieron manos a la obra, y tachán!!!!. Llegó el momento de ver plasmadas todas las explicaciones en nuestra lámina personalizada fue momento piel de gallina, me encantó, por eso quería compartirla con todos vosotros, es una preciosidad.


Javi i Angie han hecho un trabajo magnífico, esta lámina representa todos esos momentos mágicos que nos identifican como pareja, nuestro primer viaje juntos a Lisboa, esa frase crucial que marcó nuestros inicios como pareja “tú no lo entiendes Yolanda pero yo por ti lo dejaría todo” (y así fue), nuestra película “Persiguiendo a Amy” que nos recuerda que para construir un futuro juntos hay que respetar el pasado del otro, nuestras cervecitas con pincho de fin de semana, mi devoción por los outlets de ropa, nuestro Yosu no podía faltar, nuestros bizcochos de los desayunos de los sábados, los cupcakes que intento hacer pero que a mi chico no le molan nada, nuestro aceite del Perelló, el regalo que le hice por su 40 cumpleaños viaje “sorpresa” a Londres, los picnics en el rio con tortilla de patata y pechuga rebozada los representamos con una foto que nos hicimos el año pasado en el rio de Navalonguilla, mi Barça y su Espanyol, y lo que me emocionó enormemente fue la gran sensibilidad que mostraron a la hora de plasmar a mi bicho cabroncete a través de mi blog “bebiendo limonada”. 

A mi chico le encantó y yo estoy convencida que cuando dentro de unos años la observe colgada en el comedor de casa hará que recuerde este año 2012 con una bonita sonrisa, ¡objetivos conseguidos!

Hoy os dejo una trocito de una de mis películas preferidas, a ver si os gusta!!



viernes, 11 de mayo de 2012

DIEZ AÑOS JUNTOS Y FELICES


Es terrible pero hay  personas que son felices y no lo saben. Son personas que viven instaladas en la permanente queja, personas que han decidido mirar la vida con las gafas del desánimo y la tristeza, personas que creen que la felicidad está en lo que les falta y no en lo que tienen, personas que se pierden las pequeñas alegrías que nos regala la vida porque están obsesionadas buscando la gran felicidad, personas que han tenido la poca fortuna de caer en el círculo de la infelicidad y por mucho que lo intentan no son capaces de encontrar la salida.

Ser feliz no es tarea fácil, no depende del azar ni es fruto de la casualidad, para ser feliz es necesario estar capacitado para ello, saber identificar los pequeños momentos de placer y tatuarnos en la piel que nosotros somos parte activa en la decisión de ser felices, acabar con el falso mito de que “la felicidad está ahí fuera” y atribuirnos a nosotros la responsabilidad de serlo.

Este año 2012 iba a ser un año especialmente feliz, un año lleno de sorpresas y de momentos mágicos, un año que mi chico y yo habíamos empezado a diseñar durante la cena del 31 de diciembre de 2011, porque este año 2012, señoras y señores ¡mi chico y yo celebramos nuestros primeros diez años juntos!

Un año que íbamos a inaugurar con mi reincorporación a la vida laboral tras haber podido disfrutar de unos meses mágicos dedicados a la crianza de la princesa Pauletis. Un año en que nos habíamos propuesto buscar nuevos espacios para los dos como pareja, momentos para poder volver a estar solos y recuperarnos el uno al otro dando por finalizada la llegada de nuevos miembros a la familia, al menos los que tuviera que parir yo, claro.

Pues 2012 tenía que ser un año de celebración, un año en el que teníamos que festejar esos diez años de sonrisas, de caricias, de miradas cómplices, diez años de retos cumplidos y de sueños por cumplir, diez años de viajes con nuestras mochilas a hombros, de paseos por La Fageda d’en jorda, de desayunos en El Casino de Cadaqués, de cenas improvisadas en nuestra terraza a la luz de las velas acompañados de nuestra amiga Chavela Vargas, de aperitivos con cervecita y pincho que se alargan hasta bien entrada la tarde, diez años de largas siestas en el sofá mirando “Pau i el seu germà” del gran Morfeo Recha.

Diez años de cambios de trabajo, de aumentos de sueldo, de bajadas de sueldo, de cambio de coche, diez años de calçotades, de verbenas de Sant Joan, diez años haciendo  panallets (a mi me encantan los de almendra a él le pirran los de piñones),  sumando velas a los pasteles de cumpleaños, diez años de domingos saboreando espaguetis a los tres quesos, de “llàgrimes de tardor”, diez años de largos paseos con las manos entrelazadas por las calles de cualquier ciudad soltándolas para engullirnos un delicioso shawarma.

Diez años compartiendo helados de avellana y de leche merengada, diez años de veranos en el pueblo  bajo una mullida manta y disfrutando de largas caminatas por la Sierra de Gredos, de solomillos de ternera y “patatas revolconas”, diez años de cinema a la fresca, baños en el rio y meriendas en la alameda.

Diez años que empezamos siendo cuatro apostamos por ser dos y a día de hoy somos cinco, diez años aprendiendo juntos, equivocándonos juntos, diez años compartiendo a los amigos de toda la vida, haciendo nuevos colegas y aparcando a otros que apuntaban maneras pero se quedaron por el camino.

Diez años que inauguramos bailando Los Rodríguez, haciendo el fitipaldi con Fito, persiguiendo a Marea por Barcelona, Granada y Candeleda, viajes en coche con los Pereza, Extremoduro para las noches de copichuelas, improvisando coreografías a ritmo de los Manel y Els amics de les Arts con nuestras princesas en el comedor de casa.

Diez años en los que no contábamos con la llegada de un iluso carcinoma ductal infiltrante que hizo una entrada muy sonora en nuestras vidas y se pensaba que iba a eclipsarnos, creía que nos iba a fastidiar el año y el pobre se dio de bruces con la realidad, se equivocó de piso porque nosotros vivimos sabiendo identificar las pequeñas alegrías y seguimos teniendo muchos, muchísimos motivos para seguir siendo felices y aunque hay momentos difíciles y situaciones duras y muy duras nosotros tenemos la suerte de seguir siendo  felices y saberlo. ¡Jódete bicho cabroncete!












Hoy os dejo un temazo de los Pereza porque coincido con ellos en qué gusto da estar enamorado y caminar con mi chico del brazo 



viernes, 4 de mayo de 2012

¿JUGAMOS TODOS?


En la entrada de hoy me gustaría explicaros un suceso que viví hace unas semanas y que realmente es digno de mención. Anécdota que tenía clarísimo que quería compartir con todos vosotros pero también era consciente que debía dejarla en cuarentena durante unos días para darle la distancia que merece y poder expresarla desde el humor y la reflexión, ingredientes con los  que me gusta aderezar mis relatos.

Creo que hoy ha llegado el día, vamos allá, tal y como os expliqué en la entrada “El encanto de la rutina” http://bebiendolimonada.blogspot.com.es/2012/04/el-encanto-de-la-rutina.html a lo largo de este tiempo he ido incorporando pequeñas conversaciones con mi amigo del parque ese que me transmite muy buen rollo y os puedo asegurar que nuestra relación ha ido avanzando a pasos agigantados.

Será deformación profesional pero no he podido evitar ir haciendo averiguaciones sobre su situación personal, de momento mirad toda la información que tengo sobre él:  tiene 90 años (pues os aseguro que está hecho un chaval) y el 22 de mayo cumplirá 91, es viudo (eso me lo temía), vive con una de sus hijas en el bloque de pisos frente el parque y su otra hija vive con su marido en el piso de arriba, con estos datos yo sinceramente me quedo mucho más tranquila porque “aparentemente” mi abuelillo está bien atendido, yo por si acaso no bajaré la guardia porque a mi amigo “mientras yo tenga a él no le va a faltar de nada”.

Bueno pues la anécdota que quiero compartir tuvo lugar una mañana en la que estaba disfrutando de nuestra charla matinal con mi amigo y de pronto se nos acercó un señor de avanzada edad que por sus andares chulescos y la dirección de sus pasos anunciaba que iba a interrumpir ese bonito momento sin el más mínimo reparo.

Evidentemente así lo hizo, ni corto ni perezoso se acercó a nosotros y sin que nadie le diera la palabra él empezó a soltarnos un monólogo sobre los recortes que estaba haciendo el gobierno utilizando unos argumentos que no eran nada razonables. No me malinterpretéis no defiendo ni uno solo de los recortes sociales que están llevando a cabo pero esta entrada no va de eso.

Unas simples pinceladas para que os hagáis una idea de lo que salió de su boca, aunque os aseguro que no voy a transcribir su discurso porque no había nada salvable en toda su disertación, desde su punto de vista recortan los derechos de “los de aquí” porque hay muchos de “los de ahí” yo como nieta de abuelos andaluces e hija de padre andaluz sentí ese pellizco en el estómago que siento siempre que hablan con desprecio de la inmigración,  pero sinceramente como “no tenía el chichi pa farolillos” y como creo que el emisor de los mensajes incendiarios no tenía ni la capacidad de escucha  ni la de reflexión para poder entender mi opinión al respecto me quedé calladita, dejé que mi mente abandonara mi cuerpo haciendo uso del gran poder mental que he ido perfeccionando a lo largo de estos últimos meses debido al manejo  que he tenido que hacer del mismo en varios momentos de este año (de algo me ha servido, sí señor) y aparté la mirada.

Pero no se vayan todavía que aun hay más, ahora es cuando viene lo mejor de la historia, una vez que el colega dio por terminada su intervención se me queda mirando y me suelta “ Oye, ¿y tú porque llevas un pañuelo atado en la cabeza?” lo miro a los ojos y le digo muy serena  “Porque me estoy curando de un cáncer de pecho” y va el individuo y me suelta “Ah!! Ya me lo imaginaba, mi hermana se murió de eso” ¡qué! ¿cómo se os ha quedado el cuerpo? yo suerte que ese día decidí ponerme pantalones porque os aseguro que si llevo falda se me caen las bragas al suelo.

Me dejó totalmente desconcertada como podía haber soltado eso por su boca sin conocerme de nada, sin saber en qué momento estaba de todo el proceso, cuál era el verdadero alcance de mi enfermedad y sin plantearse las consecuencias emocionales que podía producirme esa frase.

Entre balbuceos producidos por mi estado de perplejidad ante lo que acababa de escuchar sólo pude contestarle “Lo siento por su hermana pero espero que mi historia tenga otro final”  a día de hoy todavía no entiendo cómo pudo salir una frase tan cordial de mis labios, ah! claro debió ser “el poder de la mente”.

Evidentemente en ese momento eché de menos a todas esas personas que cuando se enteraban que tenía cáncer  me mencionaban a todas las madres, vecinas, amigas, nueras, suegras, cajeras de supermercado que también habían tenido cáncer y que ahora están “fenomenal”, esas personas a las que en entradas anteriores no les di el lugar adecuado, pues ahora des de aquí “Gracias, gracias y mil gracias, no dejéis de mencionarme a todas y cada una de las mujeres que conocéis que han superado un cáncer de mama”.

Dimos por terminado en encuentro, mi amigo siguió con su paseo matinal, yo me fui para casa con Yosu y el individuo imagino que iba a buscar nuevas víctimas.

Tras, podríamos llamarlo, “el incidente” me vino a la memoria una conversación que tuve el placer de compartir con unos buenos amigos hace unos meses en una de nuestras eternas sobremesas, en ella debatíamos sobre aquellas personas que se creen por encima del bien y del mal y sueltan por su boca lo que ellos consideran verdades como templos sin pensar en el contexto vital en que se encuentra el receptor del mensaje, personas que escudadas tras su verdad hacen un mal uso del concepto franqueza.

Por ejemplo decirle a una mujer que acaba de parir y que está en plena lactancia que aún le quedan por perder unos quilos o decirle a una mujer que está en tratamiento para superar un cáncer de mama que su hermana se murió exactamente de eso, sinceramente no lo veo correcto. No voy a entrar en que sea verdad o mentira, es posible que mi amiga en pleno postparto no tuviera la misma figura (aunque no dudo que volverá a lucirla en breve) y tampoco dudo que la hermana del señor muriera de cáncer pero en ambos casos ¿estamos hablando de personas sinceras o personas maleducadas?

Porque todos podemos participar del juego de la verdad y mi amiga podría haber contestado que el tema de los quilos se solucionará en cuánto deje de darle el pecho a su bebe, siga una correcta alimentación y haga un poco de de ejercicio pero él en cambio lo tiene un poco más complicado porque su problema se llama mala educación y a depende que edades es muy difícil corregirlo y menos si el susodicho no pone de su parte para solucionarlo.

Yo en mi caso si hubiera podido hacer algo más que balbucear podría haberle contestado que a día de hoy y en vista de cómo va mi tratamiento y el resultado de las pruebas que me están haciendo es más posible que se reúna antes él con su hermana que yo, y finalizar la frase con un “viejo de mierda”. Pero sinceramente creo que no era necesario.

Para esta entrada he escogido otro tema de mi querido Sabina porque a veces yo también prefiero escuchar mentiras piadosas.