martes, 18 de septiembre de 2012

A ESCASOS METROS DE LA CIMA


Una mañana despiertas con el cuerpo completamente entumecido, abres los ojos y te das cuenta que tu confortable colchón de viscolástica en el que te acunas cada noche ha desaparecido, que tu edredón de plumas con el que te resguardas del frio ya no está y no hay ni rastro del despertador que cada día te anuncia el principio de un nuevo día. Te incorporas medio somnolienta y te das cuenta de que estás durmiendo en el suelo. Un suelo frio y húmedo en un lugar que desconoces. Te incorporas y observas ante ti una  enorme montaña. Una gigantesca montaña se levanta a tus pies.

Estás completamente desorientada, no entiendes absolutamente nada de lo que sucede a tu alrededor. Te sientes confusa y aturdida. De pronto te das cuenta que alguien ha entrado en tu casa, ha cogido “tu vida”, la ha metido en una enorme caja, la ha subido a lo alto de esa montaña y te ha dejado durmiendo a sus pies. No tienes ni idea de cómo, ni porqué, ni quién ha sido  y de pronto tienes miedo, mucho miedo y tienes una enorme necesidad de recuperar esa caja. En esa caja está tu vida, los recuerdos de tu cálida infancia y de tu ajetreada adolescencia, tu día a día y un futuro que poco a poco te vas construyendo y del que cada vez estás más orgullosa. En esa caja estáis tú y tu chico, tus princesas y tu familia. En esa caja están tus apuntes del postgrado que estás estudiando, tus desayunos de los lunes con tus compañeras del trabajo, tus sábados de chismorreos en la peluquería, tus noches sin pastillas para dormir. En esa caja están tus famosas albóndigas con sepia que tanto te gusta cocinar, tus cervecitas improvisadas de los viernes por la tarde, tus mañanas de domingo sin planes, tus ganas de jugar y acariciar al Yosu. En esa caja también están tus sujetadores nuevos de color berenjena (sí, el berenjena es un color), tus mascarillas del pelo efecto alisador, tus fotos del último viaje a Londres, tus tardes de palomitas disfrutando por enésima vez de Un lugar en el mundo. En esa caja están tus desafortunados intentos por ser puntual, el disfraz de pingüina que le hiciste a Lucietis en su primer carnaval,  las noches imaginando como serías dentro de unos años. En esa caja están tus fantasmas, tus inseguridades, tus tardes de verano tomando el sol, tus chistes malos, en definitiva … en esa enorme caja está “tu vida”.

Al principio no das crédito, tu cuerpo se paraliza, tus músculos no reaccionan, el pánico se apodera de ti y eres incapaz de moverte. Estás en estado de shock, buscas culpables, lloras, te desesperas por entender, por comprender, por saber, por encontrarle un sentido a lo que ha sucedido y  poder asimilar tu nuevo estado. Estás congelada en el presente y esa sensación es terrible y amarga.

Cuando tu cuerpo empieza a responder decides que has de ponerte manos a la obra, no te queda otra. Sin tener ni idea de montañismo, ni de senderismo, ni de alpinismo, y aunque nunca te han interesado demasiado los ismos, decides que es hora de dejarse de lamentaciones y empezar a caminar. Te calzas, te vistes y te preparas para empezar a subir esa enorme montaña. Empiezas a correr, a trepar, a saltar por matorrales porque quieres llegar a la cima de la montaña lo antes posible, quieres recuperar esa caja ya mismo, estás impaciente por volver a abrazarla. A los pocos metros estás exhausta, tienes el cuerpo dolorido y lleno de arañazos, las uñas destrozadas, el corazón te sale por la boca y la cabeza te va a estallar. Entonces te detienes para poder coger aire por la nariz y soltarlo por la boca, inspiras, expiras, inspiras, expiras, inspiras, expiras… y poco a poco vas bajando de pulsaciones y tu cuerpo va recuperando su ritmo habitual.

Al rato entiendes que  llegar a la cima de esa montaña no es una cuestión de velocidad sino de resistencia. Entiendes que para conseguir tu objetivo has de dosificar tus fuerzas, que debes hacerte amiga de esa montaña para que te muestre sus caminos y algún posible atajo, que has de detenerte a contemplar las vistas para conocer el tiempo que tendrás durante el recorrido, que has de trazarte rutas que se adapten a tus condiciones físicas, que has de intentar disfrutar de este trayecto y sobretodo que has de dejar de lamentarte de tu suerte. Y así de ese modo empiezas a echar a andar.

Durante el trayecto te encuentras con caminos áridos, estrechos senderos, barrancos demasiado empinados, precipicios realmente escabrosos y algún que otro despeñadero.  Durante el trayecto vives momentos en los que crees que no vas a ser capaz de seguir, tramos verdaderamente duros en los que estás a punto de tirar la toalla, parajes que te acercan al mismísimo infierno, recorridos en los que caes exhausta al suelo pero vuelves a levantarte y sigues caminando porque no concibes la posibilidad de renunciar a esa enorme caja.

Pero un día que te das cuenta que durante el trayecto también te vas encontrando tramos verdaderamente impresionantes, vistas muy hermosas y paisajes que jamás hubieras soñado poder disfrutar. Durante el trayecto te maravillas ante magníficas puestas de sol y disfrutas de los colores de los atardeceres. Descubres nuevos matices y nuevas tonalidades e incluso hay momentos en los que te olvidas de esa caja que ansiabas recuperar y simplemente empiezas a disfrutar de esta travesía.

Y llega un día que intuyes que el final está cerca, que ya quedan muy pocos metros para llegar a la cima, empiezas a vislumbrar tu caja, esa caja que contiene la vida que tenías antes de empezar esta travesía y entonces te detienes y te das cuenta de que tu cuerpo necesita descansar, de que tu cabeza necesita reposar y poder poner orden a todas aquellas cosas que te han ido sucediendo a lo largo de estos meses. Te das cuenta de que en  este tiempo hay cosas en ti que han cambiado, has incorporado nuevas maneras de mirar, has descubierto nuevas perspectivas, te has conocido mejor, admites que ya no eres la misma Yolanda que hace unos meses empezó a subir esa montaña.

Durante esta travesía has aprendido que hay cosas en esa caja con las que estás deseando reencontrarte. Del mismo modo tienes la certeza que hay alguna otra que ya no vas a necesitar jamás. Y justo ahora, a escasos metros de tu ansiado objetivo, necesitas detenerte para poder tomar distancia y descansar. Tu cuerpo está muy cascado y tu cabeza necesita poner orden. Y justo ahora, a escasos metros, te das cuenta que lo único que quieres hacer es cerrar los ojos y dormir.

Para la canción de hoy recupero a mis infatigables Serrat y Sabina uniéndome a ellos y esperando con todas mis fuerzas que se cumpla eso de "Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que NUNCA se ha de volver a pisar"






20 comentarios:

  1. Nena... que guai... m'encanta com escrius, ets un crack... jo també estic pujant la muntanya, pero la meva es la rusa... jajaja... ja et queda molt poc. una petonas...
    rosa Ortiz

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    1. moltes gracies, ja saps pillat un bon arnés i un piulet a anem juntes a fer el cim

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  2. La forma en la que has afrontat la pujada de la muntanya també ha estat molt important per haver arribat a dalt de tot... m'alegro molt que estiguis al final d'aquesta aventura... i els mocadors, que crec que seran una d'aquelles coses que deixaràs endarrere, guarda'ls en una caixa ben dalt de l'armari, caixa que només has d'obrir quan et torni a venir una època dura per enrecordar-te que ets molt forta i que has sapigut afrontar la situació amb molta cara i optimisme! un petonet!

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    1. gracies guapa, si els mocadors a partir d'ara me'ls posaré al coll rollo fular, tinc uns quants així que com a complement no hi haurà qui em pari

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  3. Chiqui, está carrera por la montaña ya la tienes superada!Ahora toca pasear por la vida sin atrochar y exprimirla al máximo, cómo tu sólo sabes hacer!Espero seguir compartiendo momentos ahora ya en la cima de esa montaña.
    Besitos!!
    Carmen

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    1. Si niña ya me queda poco y dentro de muy poco empezaremos con las celebraciones, ¿me harás una super tortilla de alcachofas?

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  4. Uf, Yolanda, creo que perdí "mi caja", no seré capaz de volver a encontrarla, de eso estoy segura, y echaré de menos muchas cosas de ella. No, mi caja ya yo está, espero que llegues a recuperar la tuya.
    Besos

    Lou

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    1. Yo también lo espero pero lo veo complicado, yo hoy echo de menos todo lo que había en ella igual mañana me importa tres pimientos, como vivo en una noria emocional no sé como despertaré mañana. A ver si me centro ya de una vez y recupero algun tipo de normalidad, besos

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  5. los ultimos metros antes de llegar, siempre parecen imposibles preciosa, pero es el ultimo esfuerzo es el que marca la diferencia entre los que "medio llegan" y los campeones. Animo, que TU PUEDES! o importa lo que encuentres dentro de la caja, ya quizas lo que antes era importante, en esta nueva etapa con una nueva visión de la vida, ya lo no será tanto! los más importante es que podrás llenarla otra vez, perfeccionandola :) No importa de donde vienes sino a donde vas :) Un abrazooooooo Te espero cuando quieras

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    1. muchas gracias Gaby, ya queda muy poquito para empezar a celebrar, besos

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  6. Yolanda, me ha encantado la forma en que lo has explicado.
    En nuestro camino hay momentos para todo pero como me dicen los medicos hay q mirar lo que llevamos recorrido y no solo lo q nos falta para llegar. Estas muy cerca y lo estas haciendo muy bien. Muchos animos!!

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    1. Si Snadra, es verdad, llevamos un buen trecho recorrido y cada vez queda menos para seguir caminando, un beso

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  7. M'ha agradat molt i m'he sentit molt identificada.
    Felicitats per com escrius i pel que dius.

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    1. Moltes gracies Ester, poder compartir els meus pensaments i rebre missatges com el teu em fan sentir molt afortunada, moltes gracies

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  8. hay dias en que uno no es capaz de ver todo lo bueno y todo lo soportado...yo pensaba que yo tenia agobios por motivos serios...al recoger hoy a mi hijo de 3 años y medio en el cole me dice...
    Él: mamá Carla no se ha querido casar conmigo...
    yo: oh, vaya lo siento...y Sandra? es muy simpatica y guapa
    ÉL: no Sandra no me gusta...
    yo: Y Mónica?´
    él: no...yo quiero a Carla..
    Me doy cuenta de que la vida es un camino muy muy muy largo en el todos tenemos nuestros más y nuestros menos...nos gustaba como eramos...pero es que ahora vamos a quedarnos con lo bueno que teniamos y lo que hemos aprendido y sobre todo lo buenisimo que esta por venir. Un abrazo
    Mariaje

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    1. que monada!! pues Carla se lo pierde porque seguro que tu peque debe estar para comérselo enterito, mis hijas han sido FUNDAMENTALES durante estos meses. Muchas gracias Mariaje y tienes razón a partir de ahora lo que nos queda por venir es todo bueno, lo malo ya lo hemos dejado atrás, un beso

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  9. Hola m'agradat molt el teu escrit i el missatge de la cançó de Serrat, jo també estic tocant la cima, ja sols hem queda la radioterapia i tinc moltissimes ganes de obrir la meua caixa, però després d'este camí, també tinc clar algunes coses que vull que es queden adins d' eixa caixa. Espere poder aconseguir-ho. Un abraç Celia.

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    1. Moltes gracies Celia, estic convençuda que dins de la caixa quedaran moltes coses que ja no ens faran falta mai més, un peto molt gran i encantada de tenir-te aprop

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  10. Que bonita forma de describir este rollo que nos ha tocado, no he podido sentirme más identificada. Ya nos queda poquito para llegar a la cima ;), y desde arriba disfrutaremos de un paisaje maravilloso! Un beso. Mei

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    1. Si Mei cuando lleguemos nos tomaremos unas cervecitas disfrutando de la brisa fresca, un beso

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